El mundo hoy depende de los hidrocarburos como principal fuente de energía, sin embargo, ya se ha consumido gran parte de esta fuente de energía no renovable, lo que nos enfrenta al dilema de fuentes de energía alternativas para el futuro. El avance tecnológico de energías alternativas como la energía solar, eólica, energía de las mareas y otras, se han venido desarrollando en el mundo, pero les falta camino por recorrer.
En Colombia a diferencia de otros países la riqueza en cuerpos de agua ha permitido consolidar una producción de energía limpia y las hidroeléctricas abastecen la mayor parte del consumo de energía del país con un 66%, respaldadas por las plantas termoeléctricas sobre todo en las épocas de escases hídrica, adicionalmente, los niveles de radiación solar, así como la velocidad de los vientos en ciertas zonas del país hace que Colombia tenga un gran potencial para el desarrollo de energías alternativas. A pesar de esto, en la actualidad el gobierno no tiene una política clara respecto a desarrollo, incentivos, y aplicación de energías alternativas.
Hasta el 31 de diciembre de 2016 el país tuvo vigente el Programa de Uso Racional y Eficiente de la Energía (Proure) 2010-2015, que fomentaba el uso racional y eficiente de la energía y promovía las energías alternativas. Dicho programa otorgaba incentivos tributarios a las empresas: deducción en el impuesto a la renta, depreciación acelerada de activos, exclusión de IVA y exención de aranceles., sin embargo, su terminación y la no aprobación del nuevo PROURE 2017 – 2022 hizo que se frenara la inversión, desarrollo e implementación de proyectos de energías alternativas.
La lección aprendida en el caso colombiano, es que la principal barrera para la implementación de energías alternativas es la falta de organización e institucionalidad que permita generar una normativa que incentive la implementación y uso de este tipo de energía, donde el objetivo sea el bien común y no existan intereses creados. Mientras en el país las entidades involucradas no se pongan de acuerdo, los proyectos de inversión e implementación de energías alternativas no se pondrán nuevamente en marcha.